21 feb 2009

"Los caminos sin ley" de Graham Greene

Aviso: Estos crítica literaria será revisada después de una segunda lectura del libro

"Los caminos sin ley", libro escrito por Graham Greene, relata el viaje que hizo a México para ver la situación de la Iglesia católica durante los turbulentos años treinta. Esos serán los años de la administración cardenista, de la expropiación petrolera, y de múltiples problemas sociales en un país desbastado por la revolución de principios del siglo XX, y que iniciará su ruta hacia la modernización bajo la tutela de un estado corporativo. Graham Greene no ubica su obra en este contexto social, político y económico sino que simplemente relata sus impresiones de lo que ve durante su viaje, en un país con muchas heridas sociales producto de la revolución, y también con un programa gubernamental antirreligioso.

El autor comienza su jornada en la frontera norte, Tamaulipas, pasando por las principales plazas del norte y centro del país, en la ruta del Golfo de México, y que finalizará en el sureste mexicano, Chiapas.

En general podemos decir que este libro de viajes, será un recuento de los malestares que el autor sufrió, durante su jornada, por la carencia de servicios para turistas, y la falta de una viable infraestructura que hiciera de su viaje lo planeado. La comida, el hospedaje, la falta de transporte, el mal clima, el aburrimiento y añoranza, la actitud no amigable de los nativos hacia un hombre blanco (cualquier campesino o indígena hubiera pensado que era un enganchador) y la enfermedad harán de su viaje una tortura.

Con su disposición de viajero atrofiada, Graham Greene, de manera parcial y tendenciosa expresará sus opiniones sobre la política y aspectos sociales de México y también sobre el ánimo antirreligioso de personas que creían en el estado laico. Se queja y se duele de la persecución  religiosa pero no explica los yerros y agravios de la iglesia católica en una nación con profundas heridas sociales. En la mayoría de sus argumentos contra el estado mexicano de entonces, veremos como sus malestares influyeron para hacer de sus opiniones, simples juicios basados más en la emoción que en el raciocinio y la lógica. Incluso sus opiniones sobre religión, cuando valora más los mitos de la iglesia católica sobre los mitos en los que creían los nativos, serán endebles cuando se les analiza lógicamente.

En las últimas páginas del libro, durante su trayecto por la selva, en su camino hacia San Cristóbal de las Casas, la acumulación de malestares, el aburrimiento y la enfermedad llegarán a su punto culminante expresando opiniones de odio hacia una sociedad multicultural que él no conoce. Es entonces cuando el lector puede juzgar al escritor. Si hay algo que se le pueda reprochar a Graham Greene, es cómo siendo un hombre religioso, su narrativa respirará durante casi todo el libro, un rechazo e incomprensión hacia la pobreza e ignorancia. Afortunadamente él mismo reconoce esos yerros en algunas líneas, cuando expresa cuan malvadas pueden ser las acciones humanas producto de factores externos que uno no puede controlar.

Considero que hay algunos aspectos dignos de ser valorados en este libro. Uno de ellos es su descripción sobre la pobreza. Comparando la realidad de la cual Graham Greene da cuenta con la presente, llegamos a la conclusión que poco ha cambiado la situación de algunos sectores sociales en México. La ruta por la que él decide viajar está formada por diferentes grupos sociales que continúan siendo los sectores sociales más desfavorecidos de México. Incluso el título de su obra es un acierto, porque es indudable que en México cuando se trata de estudiar y analizar el fenómeno de la pobreza, la ley es materia muerta. México continúa siendo un país de caminos sin ley.